Por La luna con gatillo/revista
Venceremos
El libro se presenta hoy en Córdoba en el marco de las Cátedras bolivarianas del periódico Resumen Latinoamericano, esta tarde (desde las 18 horas) en el Archivo Provincial de la Memoria (Pasaje Santa Catalina 66). El autor participará de una charla junto a Jorge "Chiqui" Falcone, hermano de María Claudia, e Ignacio "Paluca" Mattos, militante de la Coordinadora de Estdiantes de Base de Buenos Aires.
La vida de María Claudia Falcone es un historia inspiradora. Mientras
resurgen los discursos negacionistas y la justicia argentina abre la
posibilidad de dejar libres a los genocidas, un libro que retrata a una
generación masacrada haciendo foco en una piba desaparecida con solo 16
años es realmente oportuno. Su autor, Leonardo Marcote, nos retrata a
una adolescente militante de los ‘70 con una gran sensibilidad social y
nos la presenta desde sus acciones de resistencia, llenando de contenido
el vacío lugar de aquellos que solamente la nombran como una víctima
del terrorismo de Estado.
Este libro que lleva el prólogo de su hermano Jorge Falcone parte de
la pasión de su autor para reconstruir esta historia de vida, la de la
delegada del bachillerato que peleó por el boleto estudiantil, que iba a
los barrios humildes de La Plata a militar, que salía a hacer pintadas
contra la dictadura, que provenía de una familia con una fuerte historia
ligada al peronismo y que a la vez, era un piba que salía a bailar y
divertirse. Todo eso era María Claudia Falcone, y en esta entrevista con
Leonardo repasamos esa historia.
“Las acciones que ella hacía eran revolucionarias, no era fácil en
el ‘76 en plena dictadura militar salir a panfletear por un compañero o
un profesor que no se sabía dónde estaba, en ese momento ella era
consciente de lo que estaba pasando, no de la magnitud pero sí era
consciente de que sus acciones podían costarle la vida”. Una revolucionaria así la define Leonardo mientras compartimos un café en el bar La Academia en pleno centro porteño. “La generación del ‘70 ha sido la más solidaria, los militantes daban todo y por eso los milicos hicieron lo que hicieron”.
Si hay algo que define al libro es la pasión, no hay concepto que
sintetice de mejor forma la relación entre la historia de vida de María
Claudia y el autor de este libro. Basta hacer una pregunta para que
Leonardo se emocione y pase de tema en tema, y los una con la habilidad
propia del periodista que investigó más de 7 años esta historia. “La
idea era mostrar a la adolescente en el sentido más puro de la palabra,
la que iba a bailar, la que iba a los recitales de Sui Generis y a la
militante, una cosa no invalidaba la otra. Lo escribí para una
generación, pensándolo para los pibes de hoy en día y me paré, no
victimizandola, sino desde los lugares de resistencia cotidiano que
tenía ella. Desde no privarse de ir a una peña, pero al otro día estar a
primera hora en la puerta del bachillerato y salir a panfletear.”
Cuando Leonardo Marcote menciona que escribió este libro pensando en
las generaciones actuales y que aborda el compromiso militante de María
Claudia, sabe muy bien que contrapone su ejemplo de vida a los valores
que el sistema pretende inculcarle a los jóvenes. “Las cosas estaban
bastante jodidas, María Claudia tenía mucha convicción y ganas de
comprometerse. Le encantaba el compromiso, ella lo tomaba y lo llevaba
adelante. A medida que va creciendo el grado de peligrosidad es mayor,
pero a la vez su compromiso también”.
Al fondo de este clásico bar porteño unos viejos juegan a la generala
y hacen sonar los dados contra la mesa. Leonardo no se distrae ni por
un momento mientras define el perfil de María Claudia Falcone a través
de su historia familiar. “Una militante muy formada por el ambiente
familiar en el que nació, el papá fue el primer intendente peronista de
la Ciudad de La Plata, la mamá Nelva había sido delegada regional cuando
Evita impulsaba el voto femenino y el hermano mayor Jorge “el Chiqui”
cuando ella empezaba su adolescencia ya estaba militando en Montoneros.
Esta chica se crió en un contexto familiar de mucho peronismo, de
peronismo revolucionario y todo se dió para que ella a los dos días de
entrar en el bachillerato se sume con 13 años a la UES que era el brazo
secundario de los Montoneros. Era la delegada de su curso, convocaba a
las asambleas pasando curso por curso, era una referente”.
“A partir de allí empezaron los trabajos de alfabetización, Nelva
cuenta que le sacaba útiles escolares (que después ella se daba cuenta),
que le pedía remedios a su papá que era médico cirujano, conseguía
leche y hasta llevaba ollas para cocinar, todo para poder desarrollar
las tareas militantes que realizaba con sus compañeras en las villas”.
“Ella arranca a militar en el ‘74 y ya en junio muere Perón y ahí
la cosa ya se pone oscura para los militantes. Salir a las diez de la
noche a hacer una pintada denunciando las atrocidades de la dictadura es
un acto de resistencia impresionante en pleno terrorismo de Estado”.
Leonardo se esforzó por mostrarnos con su libro a una adolescente
como otras, con los intereses propios de su edad, sus interrogantes y la
energía juvenil puesta en transformar la realidad. Las anécdotas que
cuenta la pintan de heroísmo, que no se explica sino es pensado en el
proyecto colectivo de una generación.
“En la primavera del ‘75 en plena lucha por el boleto secundario
se enamora de un muchacho hippi llamado Roberto al que le dicen “Willi”,
se enamora en plena militancia. Él me contó de la sensibilidad especial
que tenía María Claudia. Roberto me contó para retratarla que una vez
estaban en la Plaza San Martín en La PLata y que ven a una nenita que
tenía mucho frío y Maria Claudia se sacó la campera y se la dió. Sin
ninguna historia, como algo de todos los días, lo que tenía te lo daba. A
mi me dicen que soy exagerado porque para mi la generación del ‘70 ha
sido la más solidaria.”
“María Claudia tenía mucho humor negro, con su hermano Jorge
hacían un ping pong de chistes que era dinamita y ese humor la acompaño a
ella todo el tiempo. Creo yo que hasta en los momentos más oscuros…”
y así charlando sobre cómo era aquella joven pasamos al doloroso relato
de su detención y desaparición. Desde ya que aquellos acontecimientos
forman parte del libro, sin embargo no deja de asombrarme cómo pasamos
de hablar del humor negro a la tortura y la violación. Tal vez allí se
haya la mayor virtud de su autor.
“A María Claudia la desaparecen con María Clara Ciochini de la
casa de su tía, a la cual cuidaba turnándose junto a su mamá Nelva
porque estaba enferma. Esta casa le sirvió en el último tiempo para
vivir ahí junto a María Clara que era su responsable política en ese
momento y que venía escapando de los milicos desde Bahía Blanca. Un día
antes de ser secuestrada Maria Claudia le había pedido a su papá plata
para buscarse otro lugar, sin embargo aquella noche no halló alojamiento
y volvió a lo de la tía.”
“Ella es secuestrada el 16 de Septiembre y llevada al Centro
Clandestino Pozo de Arana de La Plata. Luego al Pozo de Banfield entre
el 21 y 23 de Septiembre, donde comandaba Ramón Camps y la tienen ahí
hasta los primeros días del ‘77. Fueron fusiladas entre enero y febrero
de ese año, es lo que masomenos se pudo saber a partir de los
testimonios de ex detenidos del lugar. Pero yo estoy seguro que ella se
ha refugiado en los peores momentos en su humor negro a pesar de que le
han pasado cosas muy terribles”.
“Un compañero de celda de ella cuenta que le proponía que después
de salir de ese siniestro lugar ir a comer algo, a tomar algo y que ella
le dijo ‘yo de acá no salgo, me han violado por delante, por detrás’,
fijate la conciencia fatal que tenía.”
La historia de este libro es muy particular, ya que no fue el
periodista el que decidió contar esta historia para desarrollar su
profesión sino que fue la pasión por la vida de María Claudia Falcone lo
que llevó a Leonardo a tener que hacerse periodista.
“El primer shock fue a través de la película, que para el momento
no estaba mal, recién se salía de todo lo traumático que fue la
dictadura, pero creo que hoy día no genera debate, no cuenta por ejemplo
que militaba en Montoneros, entonces te quedas con la historia de los
pibes buena onda que peleaban por un boleto”.
“Cuando vi la película fue muy fuerte, yo no estaba informado a
los 17 años de lo que había sido la dictadura. Al otro día me voy a una
librería y me compró el libro de Seoane y Núñez en el que se basó la
película y me acuerdo que el vendedor me dijo como amenazándome ‘mirá
que esos pibes eran Montoneros’. Lo que quería era saber de esos chicos,
ver el rostro real de María Claudia y cuando abro el libro me encuentro
con su foto, fue un shock.”.
“Luego hice seminarios en la Universidad de las Madres para
entender la historia del país en ese momento y con el tiempo contacto a
su hermano Jorge con la excusa de hacerle una entrevista para una
revista barrial en la que participaba. Entonces me encuentro con él y
charlamos cuatro horas, sin saber como encarar una entrevista ni que
preguntar, yo quería conocer al hermano de María Claudia. Esa entrevista
me sirvió para ser la base del libro, luego empecé a estudiar
periodismo para contar esta historia”.
Este viernes 8 de septiembre, en el marco de un nuevo
encuentro de las Cátedras Bolivarianas, Leonardo Marcote presentará su libro
que lleva el subtítulo “Políticas revolucionarias en bachilleratos de los años
’70” junto a Jorge “Chiqui” Falcone (poeta, documentalista, militante histórico
del peronismo revolucionario) e Ignacio "Peluca" (joven
militante de la Coordinadora de Estudiantes Secundarios, la CEB que actualmente
se encuentra protagonizando la toma de colegios en la ciudad de Buenos Aires).
El encuentro, coordinado por Constanza Romero (Encuentro de Organizaciones), se
desarrollará desde las 18 horas en el Archivo Provincial de la Memoria (Pasaje
Santa Catalina 66).
LA LUNA CON GATILLO: Una crítica política de la cultura
Jueves de 19 a 20.30 horas por Radio Eterogenia, la radio del Centro Cultural España Córdoba:
www.eterogenia.com.ar
Agencia Resistir y Luchar.
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