miércoles, 29 de noviembre de 2017

Reseña de Antonio, de Guillermo Saccomanno (Seix Barral). Por Mariano Pacheco


Dal Maseto y la literatura como oficio y cada libro como un nuevo territorio a conquistar


Libros y Alpargatas en La luna con gatillo 

 

Un hombre se encuentra caminando solo, por el bosque y la playa, mientras conversa con su amigo muerto. La escena, repetida por días, se transforma en punto de partida de este relato que Guillermo Saccomanno le dedica a Antonio Dal Masetto, el “pequeño Giotto”, a quien reconoce como su maestro: “hablo de tu influencia, ese ejercicio pudoroso de lo pedagógico en la amistad que puede haber entre un maestro y su discípulo”.
Saccomanno habla de su amigo-maestro recientemente fallecido y, en esa conversación-monólogo reconstruye su vida –la de Antonio-, pero también la suya, y ciertos trayectos compartidos.
“Debe haber sido a mediados de los 80. Te veía a veces en una fonda del Bajo. Una noche me animé a acercarme a tu mesa, te acerqué un ejemplar de mi primera novela… Parabas en esa zona, el Bajo. Los bares donde se juntaban marginales, yiros, artistas, viejos melancólicos”.

Por prepotencia de trabajo
Por Saccomanno nos enteramos de la infancia de Dal Maseto, una coyuntura en donde en Italia mandan los fascistas y reina la guerra. Un padre obrero que desafía el toque de queda para no dormir en la fábrica y poder retornar a su casa. El autor de Antonio logra captar toda la sencibilidad del mundo que rodea a Giotto, lejos de cualquier pretensión de heroicidad. Así leemos: “Vuelve esquivando los tiros. No le importan. Cualquiera puede pensarse que es un valiente, uno que se arriesga por la resistencia. Pero no. Es un montañés tozudo. Su única razón es que quiere dormir en su cama”.
También nos enteramos por Saccomanno que primero el padre y un tío de Antonio vinieron para este continente a trabajar en una carnicería, y más tarde él, con su madre y una hermana. Qué Giotto trocó los zapatos por las alpargatas; que comenzó a trabajar en el reparto del negocio familiar; que hacerse entender en un nuevo idioma fue uno de los mayores desafíos. Y del comienzo de todo el mundo que rodea al Dal Maseto escritor también nos enteramos: “a veces, de noche, en la llanura, en esa casa baja, una luz permanece encendida. Sos ese pibe que lee hasta que el gallo cante”.
El pibe se hace adolescente y migra a la gran ciudad. Tiene 17 años, llega en micro al barrio porteño de Once con unos pocos pesos, se instala en una pensión y comienza a trabajar en una tienda (enrolla las telas que despliegan las clientas). “Desde entonces trabajaste sin parar. De cualquier cosa. Lo que vos querías era pintar, pero dónde ibas a guardar un caballete, los cuadernos, las paletas, los pomos, los pinceles. Ser pintor era caro. Entonces agarraste un cuadernito y empezaste a escribir”.

La escritura como oficio
Cuando las dictaduras golpearon sobre el cuerpo social, y por ende también sobre el ambiente literario, Antonio interrumpió la escritura (con excepción de palabras sueltas escritas en papelitos que, guardados en una caja, años más tarde se constituyeron en la materia prima con la que construirá una nueva novela) y volvió al trabajo manual: pintar paredes, por ejemplo.
En el medio, la escritura entendida como oficio, lejos de cualquier idea romántica de inspiración.
Escribir una novela, escribir para un diario o una revista, lo mismo da. Lo importante es captar la singularidad del acontecimiento escritura, las potencialidades que se despliegan en el movimiento de las manos sobre un cuaderno o una máquina de escribir.
Dal Maseto participó de Eco contemporáneo, junto con Miguel Grinberg y Jorge Di Paola, revista que contó con el apoyo –entre otros-- de Julio Cortázar. También –de la mano de Miguel Briante-- trabajó en Confirmando, donde trabó amistad con Osvaldo Soriano. Años más tarde publicó columnas en el diario Tiempo argentino. “Empezando el 2000, dejás de escribir contratapas. Vas al diario, anunciás tu retirada. Tus textos de los martes ya son un clásico, se recopilaron en libros. No puedo seguir. Son más de diez años. Uno debe darse cuenta cuando se repite. Entonces hay que parar”.
La fidelidad a la escritura, la incomodidad, no pensar en el qué pensarán antes de comenzar a exteriorizar lo que se siente, lo que se piensa, lo que se imagina.
Una novela centrada en un pueblo que se parece demasiado a Salto, donde se crió Dal Maseto. Un texto que no deja bien parados ni a los poderosos ni a sus vasallos del lugar. “Un fresco de pago chico”, escribe Saccomanno. Y agrega: “pero el pueblo olvida pronto su indignación al enterarse que la novela será película. El cine llega al pueblo. Llegan los técnicos, los actores. Y los periodistas. Por unos minutos de fama todos olvidan la denuncia de sus agachadas y complicidades. Ahora sos una estrella”.

Una escuela literaria
Este libro habla de Antonio, sí, pero no sólo de él, sino también de su autor, del vínculo entre ambos, y de ese pliegue profundo que los unió: la literatura. El texto funciona así como una máquina de lectura y de crítica en el testimonio vivo de cómo un escritor se hace, con todo lo tormentoso que eso puede llegar a ser: “cuando decidí ser escritor sabía que no tenía por delante una vida fácil, decías. Me esperaban dificultades, penurias, el riesgo del hambre. No me importaba. Era joven. Estaba dispuesto a todo, pero nada me importaba, nada iba a detenerme”.
“Los libros sirven para romper la soledad”, escribe, en alguna otra parte, el autor de El pibe, quien afirma que es en el insomnio en donde suele encontrar “la palabra perdida, la frase fugitiva”, más allá de que recuerda que su amigo Antonio cultivaba una idea de la escritura como oficio, tal como ya hemos remarcado.
El libro, entonces, como construcción oficiosa, pero también, como esa otra tierra en donde los escritores (siempre extranjeros) podemos reconocernos (“escribir es averiguar, me decís. Te parafraseo: cada libro es un territorio a conquistar”. El autor de La lengua del malón da un paso más, y define el estilo de Dal Masetto como “literatura de la experiencia”. “Hay que observar a la naturaleza, me decías. Siempre enseñaba algo que uno por lo general ignora. Y que no tiene por qué saber. El secreto es que el lector se dé cuenta de eso sin que uno lo señale, me decís”.
Y más adelante agrega: “de hecho, la literatura que nos gusta se suele nutrir de la realidad así se trate de una novela de aventuras”. La literatura como aventura, entonces, y como conquista. Y como juego (un gran tablero sobre la mesa), en donde el escritor juega a ese juego que es escribir para encontrarse. “Quiere expresar otra cosa. No le convence decir lo que ya dijo. Aunque consiga decirlo bello y sublime, no le alcanza. Como el jugador, necesita seguir apostando”.
Aunque también, tal como aparece narrado en Antonio, la literatura puede ser “vicio absurdo”, una práctica que –se asume-- puede que no pueda nada, o al menos que pueda hacer muy poco contra la injusticia, en un mundo en el que crece cada día la tendencia del “limitado valor de lo que hacemos”, pero que –sin embargo-- se emprende igual, con obstinación.
“Entonces me pregunto en qué consiste la necesidad de escribir, este impulso”, escribe Saccomanno. Y como en una suerte de homenaje al maestro, y a sí mismo, y todos los que escribimos, remata: “no digo que la escritura sane, pero apuesto a que predispone la resistencia”.


lunes, 27 de noviembre de 2017

Sobre Santiago Maldonado y su misión en la Tierra

Charlas en el Monte


Por Tomás Astelarra 


Estamos en minga limpiando el terreno de siempreverdes para una ceremonia de ayahuasca. Frenamos a fumar un puchito a la sombra de un tala. El Colorado expresa una teoría mesiánica sobre Santiago Maldonado. El artesano anarquista sería una especie de mesías o jesus moderno que vino a esta vida para morir divulgando la realidad de los pueblos mapuches y la represión sistemática de los movimientos sociales. No entendemos si es una reencaranción de buda o un extraterreste que se materializó para ayudar a la humanidad. El Colorado da datos de la imagen bíblica de la cara de Maldonado, su repercusión mediática, los altares dispersos el día de la autopsia, ciertas confluencias en los vectores del mapa astral el día de su nacimiento, el destino inefable de ciertas almas en la Tierra...
El jipi Matías con su voz chillona y siempre polémica salta con los tapones de punta: “Acá el problema es el mensaje. ¿Donde esta Santiago Maldonado? Manga de boludos. Todos sabíamos donde estaba. Lo había matado gendarmería. El discurso de los desaparecidos es de Videla, de la dictadura. Y nosotros ahora lo estamos legitimizando. Y el gobierno de Duran Barba, heredero de la dictaruda, que es muy pillo, utilizó el error y entonces dijo: ¿Quieren saber donde está? Acá está. Se ahogó en el río”.
El contraste entre estas dos teorías posibles pero radicales para uno y otro lado de la esfera mística-política nos da una hilarante risa, y tras desarrollar otras complejas problemáticas de geopolítica internacional, desde los supermercados chinos de Traslasierra a la Era de Acuario y las luchas feministas, volvemos al trabajo.


“Sin la movilización no hubiéramos llegado a ningún lado”, declara Sergio Maldonado en una entrevista a la Izquierda Diario. La imagen de Maldonado y la posibilidad del recurso mediático masivo generó situaciones que rondaron entre la realidad y el delirio, desde los exabruptos de Carrio a la apropiación kirchnerista de un militante que por su condición de anarquista se hubiera revuelto en la tumba ante semejante revindicación. Desde la editorial de Hugo Alconado Mon y María Odonnel explicándole a los televidentes de La Nación como funcionan los servicios secretos infiltrándose en las marchas populares al indignante fallo del juez Marcelo Martínez Di Giorgi imputando a los 22 detenidos en la marcha por Santiago Maldonado en Buenos Aires, priorizando los testimonios de la policía sobre la pruebas presentadas por Correpi que demuestran la contradicción de las mismas. Lo cierto es que pasados los 15 minutos de fama del buen Andy Warhol, más allá de la duda que halla quedado, de la efectividad o no de las operaciones de Durán Barba, el caso Maldonado tiende a caer en el olvido. Marchas menos masivas, poco compartir en las redes sociales, desaparición de la agenda mediática y el intrincado proceso judicial donde se pierden kafkianamente desde hace años los reclamos de los familiares de víctimas del gatillo fácil o cualquier otro abuso de las instituciones represivas del estado.
Apenas quedan las reflexiones sobre lo actuado. ¿Fue oportuna la utilización de la masividad mediática del hecho en cuestión por parte de las organizaciones sociales y las personas comprometidas, los medios alternativos, sociales y comunitarios? ¿Cómo se comunica en tiempos donde este tipo de visiones parecen haber quedado encerradas en una minoría ideológica luchando por explicar que los mapuches no son chilenos frente a un evidente crimen de estado enmarcado en la 4ta Guerra Mundial contra los pueblos, según anticiparon los cumpas zapatistas? ¿Es estratégico comparar estos tiempos que corren en Argentina con la dictadura militar de los setentas cuando sabemos que la política en seguridad del gobierno de Cambiemos tiene tambíen mucho que ver con la experiencia más contemporanea de Colombia o México, una experiencia invisibilizada y poco conocida, que sin embargo pone al ex presidente colombiano Álvaro Uribe Velez como uno de los principales asesores de Mauricio Macri? ¿La figura de Maldonado visiviliza o invisiviliza la lucha histórica de los mapuches, de los movimientos antirepresivos, de las radios comunitarias o los centros culturales anarquistas que como excusa de la busqueda de Maldonado fueron sistemáticamente hostigados?
Debates de fondo, que en el tumulto de las actividades cotidianas o la nutrida agenda de construcción, denuncia y, ahora más que nunca, autodefensa, de las organizaciones sociales, quizás tenga un momento o descanso, puchito, para desarrollarse.


*LA LUNA CON GATILLO: Una crítica política de la cultura
Jueves de 19 a 20.30 horas en vivo por Radio Eterogenia (www.eterogenia.com.ar), la radio del Centro Cultural España Córdoba.
Fanzine digital de actualización diaria: https://lepondregatilloalaluna.blogspot.com.ar.  

LA LUNA CON GATILLO: Una Crítica Política de la Cultura. 32º Programa, tercera temporada (2017)

PROGRAMA ESPECIAL: Libros y alpargatas


Reseña:
"Antonio", el último libro de Guillermo Saccomanno dedicado a su maestro y amigo Dal Maseto.

Entrevistas:
*Visita de integrantes de la editorial cordobesa: Machete.

*Conversación con Javier Trímboli, autor de "Sublunar: entre el kirchnerismo y la revolución", recientemente publicado por la editorial Cuarenta Ríos.

Escuchá el programa completo acá:



LA LUNA CON GATILLO se emite todos los Jueves de 19 a 20:30 hs por radio Eterogenia, la radio del Centro Cultural España Córdoba.

CONDUCCIÓN Y PRODUCCIÓN GENERAL: Mariano Pacheco.
OPERACIÓN TÉCNICA: Andrés Nicotra.
GRÁFICAS Y DISEÑO: Florencia Longo.  
REDES SOCIALES, BLOG Y COBERTURAS: Iván Garzón, Marisa Emilia y Germán Simón.

domingo, 26 de noviembre de 2017

De la “Masacre de Avellaneda” a la “Masacre de Bariloche”. Por Mariano Pacheco*

Lo que se busca es poner orden, domesticar al movimiento popular y abortar las perspectivas de autonomía de los de abajo



¿No sentimos vergüenza de los valores, los ideales y las opiniones que se imponen en nuestra época? Cuesta imaginar qué habrá más allá de la oscuridad de sabernos indiferentes ante la muerte del otro, ante el dolor de los demás. “No nos sentimos ajenos a nuestra época”, escribieron los pensadores críticos Félix Guattari y Gilles Deleuze en ese bello texto titulado ¿Qué es la filosofía?, último episodio de esa saga de cuatro tomos escritos de conjunto que hoy resulta difícil no leer como arma para el combate por sentido de nuestras existencias, contra todas las fuerzas que se empecinan en envilecernos.

Tampoco nosotros nos sentimos ajenos a nuestra época, a este complejo momento que atraviesa la Argentina, nuestra Patria (Latinoamérica) y nuestra Casa (el mundo). Como ellos, también nosotros sentimos que contraemos con la época compromisos vergonzosos. Pensamos, sentimos y actuamos acechados por la vileza y la vulgaridad de existencias que todo el tiempo pretenden ser reducidas a a la insignificancia de la vida-para-el-mercado-de-estas-democracias.

Las últimas horas se poblaron de dolor para quienes, como alguna vez señaló el comandante nuestramericano Ernesto Che Guevara, sentimos el dolor ante cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier lugar del mundo.
Esta vez tocó cerca, aunque para nuestras bellas almas racistas una comunidad mapuche del sur país sea el culo del mundo.

De Kosteki y Santillán a Maldonado… y la escalada que se impuso
La “Masacre de Avellaneda”, el operativo criminal llevado adelante de manera conjunta por las fuerzas de seguridad del Estado bajo la gestión del presidente interino Eduardo Duhalde no sólo se cobró las vidas de nuestros compañeros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, sino que también intentó volver a implantar el terror en nuestros cuerpos y subjetividades, luego de que seis meses antes (el 19 y 20 de diciembre de 2001), las bases del terror dictatorial que persistía introyectado en el cuerpo social de la democracia de la derrota como “herencia cultural del proceso” (tal como lo describió Fogwill) hubiese estallado por los aires cuando las multitudes desafiaron en las calles el decreto de “Estado de Sitio” del presidente Fernando De la Rúa. Los asesinatos del 26 de junio de 2002, entonces, como intento de domesticar al movimiento popular en su conjunto, y de abortar las potencialidades autónomas desplegadas durante esos años previos por el nuevo protagonismo social.

Algo similar puede pensarse que ocurrió con los asesinatos de dos militantes durante la “década ganada”, que se transformaron en símbolos de la época más allá de el silencio de la clase dirigente del progresismo estatal: Carlos Fuentealba y Mariano Ferreyra. En ambos casos difieren las manos asesinas (el Estado provincial neuquino en el primero, una patota de la burocracia sindical ferroviaria en el segundo) pero coinciden en el intento de frenar un estado de insubordinación de una franja asalariada movilizada y de un proceso creciente de politización, que a su vez puede ser leído como un intento de ganar márgenes de autonomía obrera frente a las estructuras burocratizadas del mundo sindical argentino (en el caso de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén al interior de CTERA-CTA, en el caso de los “precarizados” del ferrocarril Roca respecto de los gremios del sector dentro de la CGT).

El asesinato de Santiago Maldonado (aún en caso de haberse ahogado no deja de ser un episodio que de trágico solo tiene el hecho de que estaba escapando de una represión desatada ilegalmente por fuerzas del Estado) simboliza también el intento de ponerle un freno al movimiento popular movilizado (contra el 2x1; por el Ni Una Menos; por la reincorporación de los despedidos en el Estado por el criterio de “sinceramiento” macrista; por la Ley de Emergencia Social; etcétera, etcétera, etcétera) e incluso, contra las perspectivas de autonomía de las comunidades mapuches, que vienen a denunciar (en palabras y en actos) el núcleo duro de la Argentina de post-dictadura: la persistencia de la propiedad privada como sacrosanto derecho incuestionable.


El futuro ya llegó
Suele haber un desfasaje entre los cambios que se operan a niveles macro, en los virajes que toman las políticas de Estado y los modos en que el movimiento popular procesa esos cambios y redefine cursos de acción. Se vio durante el “desarme estratégico” de los primeros años noventa, y también, en el desconcierto de los primeros años kirchneristas. Algo similar puede decirse de estos 23 meses de gestión cambiemista.

Es común escuchar entre las militancias la frase “hay que prepararse para lo que se viene”. Cuesta dimensionar que seguramente agosto de este año marcó ya el inicio de un nuevo ciclo político en la Argentina (de nuevo, visto desde la perspectivas micropolíticas no siempre los cambios coinciden con el calendario electoral de las democracias parlamentarias, sino con otras maniobras más relacionadas con las mutaciones en las relaciones de fuerzas).
La desaparición primero de Santiago Maldonado, y la aparición de su cuerpo luego (¡un 17 de octubre!) mostraron toda la crudeza de las fuerzas que enfrentamos: el Estado, pero en simultáneo, los medios masivos (hegemónicos) de des-información, las redes sociales virtuales, las peores tendencias del sentido común fascistizado.

La represión desatada ayer sábado 25 de noviembre en Bariloche se cobró la vida de Rafael Nahuel, comunero mapuche de 22 años, luego de ser alcanzado por una bala de un arma de fuego disparada por un miembro del grupo Albatros (Prefectura Naval Argentina), tras el intento de desalojo de la comunidad del Lof de Lafken Winkul Mapu (Villa Mascardi). La violencia de Estado también dejó como saldo dos personas heridas y otras dos detenidas: el Secretario General de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) Seccional Andina Sur (El Bolsón), Javier Milani, y su esposa Florencia Placidi (también trabajadora estatal).

Hoy la portada del sitio web del diario La Nazión nos habla de la desaparición del submarino ARA San Juan, y de las 3 notas centrales sólo una se refiere a lo acontecido ayer: se nos “informa” que la Casa de Río Negro en Buenos Aires fue “destrozada” anoche por un grupo de “15 personas”, “algunas de ellas con las caras tapadas”. Clarín, el Gran Diario Argentino, nos habla en cambio del “enfrentamiento a balazos” entre Prefectura y un “grupo radicalizado” y de “incidentes en Bariloche” tras “la muerte” de un joven mapuche.

La ofensiva oficial contra Los Mapu pone al desnudo la estrategia gubernamental de disciplinamiento de todas aquellas expresiones sociales que luchen en la Argentina contemporánea, pre-requisito fundamental para avanzar con la ofensiva político-social, económica y cultural macrista.


En las calles, y las paredes, y los medios, y las redes...

Esta tarde el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia convoca a las 17 horas a movilizarse en Plaza de Mayo; en Córdoba, la Coordinadora Santiago Maldonado Presente a concentrarse a las 17 horas en el monumento a Agustín Tosco, frente al Patio Olmos y la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos a movilizarse a las 18 en Plaza San Martín (al parecer ambas concentraciones coincidirían luego). Seguramente haya otras expresiones de protesta en distintos puntos del país.

Resulta fundamental no abandonar las calles, ni las redes sociales, ni el combate por el sentido por todos los medios (conversando uno a uno con nuestras amistades, vecinos, familiares, transeúntes; publicando imágenes, audios, textos, videos en nuestros medios de comunicación popular; “filtrando” lo que se pueda en los medios masivos “progresistas”; pintando paredes, repartiendo volantes, pegando afiches…

Pero también será importante compenetrarnos con nuestra época, poder pensarla además de sentirla y actuar. No es más que una operación del poder separar nuestras acciones de lo que podemos pensar. El pensamiento crítico no puede ser otro desaparecido en democracia.

No sentirnos ajenos a nuestra época será entonces problematizar qué pasa con la violencia, la asesina, la estatal, pero también con la presencia (o ausencia) de la violencia popular, aquella capaz de resistir los embates del poder, de gestar la necesaria auto-defensa para que nuestras vidas, que para ellos ya queda a las claras que no valen nada, pueden perseverar en sus intentos para habitar críticamente el mundo. Es decir, en sus desafíos por transformarlo.


Córdoba capital, domingo 26 de noviembre de 2017.


*Texto elaborado para ser publicado de manera simultánea en La luna con gatillo/Resumen Latinoamericano/Lobo suelto, con la voluntad de aunar esfuerzos y fortalecer las articulaciones horizontales de nuestras experiencias de comunicación popular.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Conversación entre Diego Sztulwark y Mariano Pacheco sobre el profesor Deleuze


A propósito de la publicación de Derrames II por editorial Cactus

Un curso de Gilles Deleuze, dictado en la Universidad de Vincennes entre noviembre de 1979 y marzo de 1980, es publicado en la Argentina por editorial Cactus, en su serie Clases, bajo el título: Derrames II: aparatos de Estado y axiomática capitalista.


Resulta complejo, un poco difícil reseñar un libro de más de cuatrocientas páginas, con tanta densidad conceptual en un bloque radial. Pero desde la trinchera radiofónica no queríamos limitarnos al comentario de blog, en palabra escrita, y quisimos traer ante nosotros, y nuestro oyentes, la palabra de quien consideramos uno de los grandes filósofos del siglo XX. Y de nuestro siglo, podríamos agregar siguiendo las pistas de su amigo y compañero de ruta Michel Foucault, quien supo arriesgar: “el siglo XXI será deleuziano”.
Estas clases, de algún modo, pueden funcionar como puerta de entrada y de salida de lectura de Mil mesetas, el segundo tomo de Capitalismo y esquizofrenia, uno de los cuatro libros escritos de conjunto entre Deleuze y Félix Guattari; particularmente de sus últimos tres capítulos, a saber: “Tratado de nomadología: la máquina de guerra”, "7.000 a. J.C: Aparato de captura” y “1440: lo liso y lo estriado”.
El libro muestra de algún modo cómo los cursos pueden funcionar no sólo como espacio de lecturas y debates sobre determinados temas sino también como lugar de experimentación, puesto que muchos de los temas que aparecen en los mencionados capítulos de Mil mesetas son trabajados en estas clases de una manera mucho más extensa y profunda.
Para compartir una mirada sobre esta publicación compartimos un diálogo con Diego Sztulwark, quien visitará la provincia hoy viernes 24 de noviembre para presentar este libro, entre otras propuestas.
Escuchá la conversación completa acá:



Presentación en Córdoba de Derrames II.
Diego Sztulwark disertará sobre el libro de Deleuze hoy viernes 24 de noviembre, de 18 a 21 horas en Collegium (Caseros 963).


*LA LUNA CON GATILLO: Una crítica política de la cultura
Jueves de 19 a 20.30 horas en vivo por Radio Eterogenia (www.eterogenia.com.ar), la radio del Centro Cultural España Córdoba.
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jueves, 23 de noviembre de 2017

Docentes en lucha contra la reforma laboral



Semaforeada” frente al shopping que supo ser un colegio

La “Pluricolor” protagonizó este miércoles una jornada de protesta en Córdoba capital

 

“Abajo la reforma laboral”; “No al Plan Maestro”; “Defensa de Junta de Clasificación y normalización de Junta Primaria”; “Paritaria-salarial”; “Titularización de l@s docentes precarizad@s”; “Formación permanente en servicio”; “82% móvil y no al aumento de la edad jubilatoria” fueron las consignas esgrimidas ayer por la tarde-noche por la Lista de Unidad Provincial “Pluricolor” de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC) en la “semaforeada” que realizaron frente al Patio Olmos, emblemático sitio del centro de la ciudad que supo ser un colegio y hoy es un shopping donde abunda el consumo.
Como una paradoja de los tiempos, frente al templo de la mercancía una estatua del dirigente sindical Agustín Tosco mira a los transeúntes que, por lo general indiferentes, pasan a su lado sin dar cuenta de su figura, de su historia, del legado que hoy implica.
“Al ajuste lo paramos unid@s y en las calles”, puede leerse en el volante que las docentes entregan a quienes pasan caminando por la radio abierta montada para difundir esta pelea “por los derechos y la escuela pública”.
Integrada por Alternativa docente, Azul y Blanca, Docentes en Marcha, Encuentro Docente, Encuentro de Docentes Autoconvocados, María Saleme, Movimiento Blanco Autonomía Docente y La Naranja, La “Pluricolor” viene siendo un espacio de unidad de las distintas tendencias opositoras dentro del gremio docente cordobés.
En diálogo con La luna con gatillo, presente en la jornada de protesta, la activista del Frente de Unidad Docente Córdoba (María Saleme-Encuentro Docente-Espacio de Docentes Autoconvocados) Paola Gaitán explicó el trasfondo de sus demandas. Respecto de la Reforma Laboral impulsada por la gestión Cambiemos, Gaitán afirmó que tienen como objetivo “preparar el terreno para los despidos”. La docente se refirió al proyecto de banco de horas como “extorsivo” y a la figura del “trabajador independiente” como “conspirativa” contra las negociaciones colectivas de trabajo. También hizo hincapié en el aumento opcional de la edad jubilatoria y el nuevo cálculo del haber jubilatorio como dos ejemplos del empeoramiento en las condiciones de vida que se plantea la Reforma Jubilatoria. Respecto del Plan Maestro, Gaitán aseguró que su trasfondo no es más que un nuevo modo de flexibilización en la educación, que entre otros males trae aparejada la eliminación de los Institutos de Formación Docente, además de hacer ingresar a la docencia el criterio de la competitividad. Por último, la docente destacó que esta reforma laboral golpea, en el caso del sector docente, fundamentalmente a las mujeres, mayoritaria en el gremio.




*LA LUNA CON GATILLO: Una crítica política de la cultura
Jueves de 19 a 20.30 horas en vivo por Radio Eterogenia (www.eterogenia.com.ar), la radio del Centro Cultural España Córdoba.
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Rap Transfeminista en La luna con gatillo


Mena y Mostro en estudio

En la última edición del año de la columna “Entrepiernas: reflexiones disidentes y existencias diversas” de La luna con gatillo, a cargo de Lucre Cuello, contamos con la presencia de Mena y Mostro, quienes mantuvieron al aire una conversación donde dieron cuenta de su experiencia y cantaron en vivo un ciclo de canciones de Rap Transfeminista.


Escuchá el bloque de la columna y las canciones acá:


Bonus track: Rimas contra la gordofobia

Alianzas gordas. Somos potencia desde la tristeza
desde el deseo con tanta rabia armamos fiesta.

Con tanta rabia

te armamos una fiesta. Transitando el historial de un cuerpo que siempre nombraron como mal, escribiendo para registrar todo este caudal que brota/sofoca

/rabiosa furia que  desborda/ descoloca

te saca de lugar

Una belleza que no podes explicar que no podes ni mirar

¡nunca nos enseñaron a desear de una forma diferente!

Te preguntaste alguna vez, ¿hacia donde van dirigidos tus pies cuando caminas?

¿y tu pensamiento cuando deseas?

¿Y tu mirada cuando deseas?

¿Tu deseo cuando deseas?

Porque algunxs no tenemos rumbo, decididamente hemos abandonado el mundo "de la normalidad"

para desafiar todo molde que nos quiera encerrar/apretar. Que no nos permita estimular

nuestros cuerpos como creamos necesario - ni habitar todos esos universos que con tanto esfuerzo hemos dinamitado y reciclado para volver a construir con lo desaprendido, de una forma que no implique ser esclavas.

De una forma que no nos implique ser esclavas ni tiranas

con nosotras mismas ni con las demas.

Ese es el camino principal por caminar.

Eliminar todo rasgo interior que sea policial.

Matar al gordofóbico que tenemos dentro

al xenofóbico que tenemos dentro

al transfóbico que tenemos dentro

y empezar a entregarnos a nuestras aliadas con el corazón- que entre tanta hostilidad el apañe y el afecto entre nosotras es la nuestra propuesta de acción.

Nuestra rebelión

para empezar a organizar toda esa rabia que necesitamos erradicar para afuera de nuestros espacios.

Apuntar al verdadero enemigo para eliminarlo de nuestra vista, aunque sea por un rato, aunque sea por un rato - descansar. Aunque sea por un rato-y levantarnos día a día y volver a comenzar esa dura batalla contra una sociedad que nos quiere invalidar. Diciendo que la gordura es un problema personal para distraernos de la potencia que trae politizar

nuestros cuerpos disidentes.

Porque algunas no tenemos rumbo ¡decididamente hemos abandonado el mundo de la normalidad!
 

LA LUNA CON GATILLO se emite todos los Jueves de 19 a 20:30 hs por radio Eterogenia, la radio del Centro Cultural España Córdoba.


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