Dos: Nuestro Lenin
Por
Mariano Pacheco*
Gran capacidad de síntesis,
Vladimir. Y de expresar en fórmulas claras sus ideas.
¿Qué implica ser leninista hoy?
Seguramente no serlo. O más bien: asumir que hay tantos Lenin como situaciones
atravesó el Pelado en su vida política. “El análisis concreto de las
situaciones concretas”, he aquí una de sus fórmulas claras, tan claras como
plantear al socialismo en términos de “Electrificación+Sóviets”. El siglo
transcurrido desde que los bolcheviques tomaron el poder en Rusia han colocado
al leninismo en el centro de los debates de las izquierdas del mundo. ¿Qué no
se ha dicho ya? La respuesta a esta pregunta, tan de perogrullo, puede
encontrarse en otra fórmula quizá, que esbozamos en estas líneas: el
pensamiento crítico es siempre situado.
Lenin escribió alguna vez que las
consignas que servían para un momento no servían para otro. ¡Gran lección de
leninismo! Lo que sea dicho del leninismo hoy no es tanto algo que
el jefe bolchevique haya escrito o pronunciado alguna vez, sino más bien sus
modos de abordar los momentos. ¡Carecemos de nuestras propias Tesis de abril! O
de diciembre podríamos decir. ¿Qué queda del momento leninista de 2001? Tal vez
la lección de haber sido demasiados soberbios, muy posmodernos, extremadamente
reacios a pensarnos al interior de un legado y no sólo en ruptura con una
tradición que, dicho sea de paso, sólo rechazamos en función de lo oído alguna
vez y no producto de una lectura crítica (siempre situada). Además -insistiendo-: ¿con qué momento de esa tradición se rompe? Pensar a Lenin es pensar
su fase de “Todo el poder a los sóviets” pero también su respuesta creativa
del ¿Qué hacer? y su testamento, y su caracterización del imperialismo
como fase superior del capitalismo y... y... y… La síntesis disyuntiva de la que
tanto hablaron Félix Guattari y Gilles Deleuze.
Análisis crítico de las
situaciones concretas, entonces. He ahí un legado fundamental del leninismo. ¿O
no desconocemos, muchas veces, los modos concretos en que el capital se ha
desarrollado en estas tierras? Y no me refiero sólo a la “formación social
concreta” sino más bien a las formas en que se ha estructurado no sólo la
explotación sino además la dominación, las formas de subjetividad que
imperceptiblemente nos atan a menudo a la servidumbre, por la cual tanta veces
luchamos como si se tratara de nuestra libertad.
Hace unos días en un bar de la
ciudad de Buenos Aires, conversando con El Ruso y Diego Sztulwark éste último
decía que había que pensar a Lenin a partir de un determinado modo de leer la
realidad, algo que retomó en estos días en un texto publicado por los amigos
del portal Lobo suelto. Lectura que reclama de nuestros mayores esfuerzos si
no queremos resignarnos a entender la política (aún la que aspira a la
emancipación) desde el lugar de siempre-por-detrás-de-las- situaciones.
Intento singular, siempre renovado, de aportar por intervenir en la escena
contemporánea desde una posición generacional, esa Nueva Generación de
Intelectuales de Izquierda esbozada por Omar Acha hace años atrás (intento
seguramente trunco pero siempre en reclamo de ser reactualizado).
¿Qué nos queda de Lenin entonces?
¿Con qué Lenin nos quedamos? Seguramente con el crítico agudo, con el militante
audaz, en medio de una situación caracterizada por el recorte de los horizontes
entendidos como posibles. El Lenin con el que nos quedamos es el que no se
resigna a dejar de pensar cada situación para captarla en su singularidad y,
por lo tanto, intervenir creativamente en ella. El Lenin que inspira a asumir
un lado claro de la barricada, el que no tiene empacho en señalar con dureza
los límites entre un bando y otro. Ese que hace todo lo posible por forzar la
situación lo más que de, para que el cielo por asalto no sea una metáfora
meramente enunciada, sino PROYECTO, con todo el compromiso existencial que ese
concepto implica.
*Editorial de La luna con
gatillo: una crítica política de la cultura (emisión del jueves 2 de noviembre
de 2017)
*LA LUNA CON GATILLO: Una crítica política de la cultura
Jueves de 19 a 20.30 horas en vivo por Radio Eterogenia (www.eterogenia.com.ar), la radio del Centro Cultural España Córdoba.
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