Sentencia para el asesino de David Moreno
Por Marisa Emilia (La luna con gatillo/Resumen Latinoamericano)
David
Moreno era un niño de 13 años de Barrio Villa 9 de Julio de la zona de Argüello
en Córdoba capital. Cayó baleado por la policía en las jornadas de Diciembre de
2001. En abril de 2017 se dio inicio al juicio por su asesinato. El 25 de julio
se dio a conocer el fallo.
En la mañana del 25 de julio, desde la
intersección de Pueyrredón y Cañada en la ciudad de Córdoba, una columna de
organizaciones sociales marchó hasta los Tribunales II donde familiares de
David, junto a vecinos y vecinas del Barrio Villa 9 de Julio, acompañados de
los medios de comunicación alternativos esperaban para dar inicio a una radio
abierta en el marco de la espera del inicio del último día de audiencia: el día
de los alegatos y la sentencia.
El acompañamiento a la familia Moreno se conjugó
durante este largo proceso judicial con la memoria viva de los caídos en la
represión del 19 y 20 y de todos los pibes y pibas asesinados a diario por las
fuerzas de seguridad.
El poder
judicial: una dimensión atemporal
Larga fue la lucha en esta exigencia de justicia:
el juicio que fue anunciado en el 2008, inició el 17 de abril
de 2017; luego de más de dos meses del inicio del juicio, la Cámara Primera del
Crimen suspendió la última audiencia pautada el miércoles 5 de julio,
planteando un cuarto intermedio hasta el martes 25 de julio, una vez finalizada la feria judicial. La tenacidad de Eduardo y Rosa,
padre y madre de David, no claudicó en ningún momento, exigieron máxima condena
para Hugo Cánovas Badra, cárcel para las policías cómplices y juicio y castigo
a los responsables políticos.
Una conquista de la bronca organizada
No se logró la máxima
pena exigida, pero la organización, la lucha y la presencia constante en las
calles demostró, una vez más, ser la herramienta efectiva para ponerle coto a
la impunidad. David se ha multiplicado en la lucha, pero su ausencia es un
hecho irremediable. Y es por eso que no bastan las reparaciones con las que
pretende la justicia burguesa remediar lo imposible. Es preciso reapropiarnos
de estrategias con las que desmontar el esquema de impunidad montado entre el
poder político, la policía, el poder judicial y la omnipresente potencia de los
medios masivos de comunicación.
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