domingo, 14 de mayo de 2017

Eduardo "Carlón" Pereyra Rossi. Convocatoria

Homenaje al Carlón en un nuevo aniversario de su asesinato


Eduardo Pereyra Rossi fue el miembro de la Conducción Nacional de Montoneros encargado de ejecutar la Contraofensiva en toda la Zona Sur del Conurbano. Fue ascendido a la CN luego de que el comandante Hernán (Horacio Mendizábal), entonces jefe del Ejército Montonero, fuera asesinado en el país. Tenía 33 años cuando lo mataron. Fue estudiante de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires y militante de Juventud Peronista. En 1971 fue detenido por tenencia de arma y documento adulterado. Salió en libertad con la amnistía presidencial del 25 de mayo de 1973. En 1975 se hizo cargo del sector de Prensa de la organización y en 1976 fue responsable de la Columna Sur. En 1977 salió del país rumbo a México, donde desarrolló actividades de prensa y difusión, y más tarde coordinó una base de entrenamiento de Montoneros. Retornó al país en 1980, con la segunda Contraofensiva. Tenía entonces el grado de oficial superior y segundo comandante montonero. Estaba en pareja con Estela Cereseto, quien guardó los poemas que fue escribiendo en esos años de batallas. Murió enfrentando a la última dictadura. Junto a Osvaldo "El Viejo" Cambiasso, fue secuestrado en Rosario y asesinado el 14 de mayo de 1983, en Lima, partido de Zárate, provincia de Buenos Aires. Luis Patti fue señalado desde un comienzo como el responsable de los crímenes.

Eduardo "Carlón" Pereyra Rossi fue asesinado el 14 de mayo de 1983
CONVOCATORIA

Convoco a los que todos los días se levantan y salen a yugarla por migajas que no alcanzan, a que se rebelen. 
Convoco a los que todos los días vacilan en ir o no ir al templo que envejece los corazones.
Convoco a los que caminan sin rumbo en una tarde cualquiera, buscando una razón.
Convoco a los pacíficos que no están cumpliendo con su deber a pesar de sus buenas intenciones.
Convoco a los que no comen lo suficiente ni se abrigan lo necesario y tienen sed torrencial.
Convoco a los pequeños de ambiciones que dejan a los demás ambicionar más de la cuenta.
Los convoco a dar vuelta el pullóver, a pegarle al prepotente y a escupir en la cara a los que no han sido convocados.
Los convoco a romper lo que no sirve, a perpetrar los robos necesarios, y a recuperar lo perdido.
Los convoco a cagarse en el miedo y patear las puertas donde encerrados están los condenados.
Los convoco a abrir las cárceles a ventilar las tumbas y a levantar las calaveras de los hermanos heridos de muerte.
Los convoco a abrazarse en las plazas del país, a escribir los muros, y a fusilar a los fusiladores.
Los convoco a no atar nada, sino a despedazar las cadenas.
Los convoco a agitar banderas y colores y correr liberados por las calles y por los campos húmedos de rocío.
Los convoco a ser sinceros, a putear a los hijos de puta, a desobedecer al tirano, a amar sin límites y a odiar.
Y si, a ésa convocatoria por impolítica no concurre nadie, ¡Mala leche! Quedan entonces convocados al entierro de la vida del que tuvo ésta pésima idea.
Sí a ésta convocatoria vienen algunos, pero no todos los convocados, no importa, en la próxima seremos más.
Y, si a ésta convocatoria, vienen todos los convocados, la cordura habrá invadido en Revolución nuestro país para siempre.

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