Albertina Carri conversó en La luna con Gatillo sobre su último film
Cuatreros, el último film de Albertina Carri, tiene como excusa-disparador- la búsqueda de la imagen de Isidro Velazquez |
Son 83 minutos
que funcionan como un “cross a la mandíbula”. Cuatreros, el
último film de Albertina Carri, estuvo una semana en cartelera en el Cine Club
Hugo del Carril de Córdoba (en medio del fin de semana de feriados santos) y
dejó la sensación de que se merecía más: más tiempo para volver a verla, más
tiempo para poder recomendarlo y que otras personas pudieran verlo.
Como sea, después
de casi una década Carri retornó, y recargada.
Si con Los
rubios (2003), Albertina venía a cuestionar o evidenciar los usos
estereotipados de la memoria, si venía a hacerse un lugar generacional en la
trama cinematográfica nacional, con Cuatreros reafirma su
posición y deja ver que hace valer el hecho de haber dejado pasar el tiempo
para entretejer su obra. Una película cuidadosamente construida desde lo
estético, ácida y severa desde lo político y totalmente comprometida desde lo
existencial, da paso a un tríptico en donde la historia de sí misma vuelve a
entremezclarse con la de su padre, la del cine, y la del país. Una pantalla y
varias imágenes en simultáneo. Una poética que hace de los fragmentos el modo
de contar una historia (de terror). Viajar al Chaco tras las huellas del
personaje; viajar a Cuba tras las huellas del film supuestamente “encanutado”
en unas cajas dentro de un archivo cinematográfico en “La Isla”; viajar a
través de la lectura en búsqueda de la historia del autor de Isidro Velázquez:
las formas pre-revolucionarias de la violencia (1968).
Las palabras iniciales del film son las del prólogo del libro del padre desaparecido de la cineasta: el sociólogo Roberto Carri |
La historia de
una película (sobre Isidro Velázquez) desaparecida, un director (Pablo Zsik)
desaparecido, un escritor-padre desaparecido (el sociólogo Roberto Carri) se
entremezclan en esta historia cuya imagen neurálgica es la del rebelde
correntino, a partir de quien se problematizará la historia de la violencia
política en el país, cómo ésta afectó de manera directa y brutal a la
generación militante de los sesenta y los setenta (ensayista y director
desaparecidos eran cuadros montoneros), pero también, cómo el terrorismo de
Estado sigue siendo una huella, una herida, una marca que no cicatriza en la
posdictadura. “Me tiraron un camión de muertos encima y me dijeron: ´vos
fijate´”, puede escucharse decir a Albertina Carri en el film, cuando evoca un
diálogo con el crítico cultural Daniel Link a propósito de la “historia
trágica” que nos atraviesa, a las argentinas y argentinos en general, y a la
realizadora en particular, quien no deja de hacer una autoreflexión, sobre ella
como directora, como hija de detenidos-desaparecidos, como pareja, como madre,
como “contratista de una niñera paraguaya”.
Un film sin
concesiones, que fue cerrado en un momento bisagra del país (del continente,
del mundo…) y que tal vez por eso no deja de evocar preguntas
problematizadoras. “La derecha peronista le entrega el poder a su
prima-hermana: la derecha neoliberal”, se escucha al final de lapelícula,
haciendo estallar por los aires el discurso-progresista-de-la-década-ganada.
Sobre estos y
otros temas hablamos con Albertina Carri en esta charla que mantuvimos desde La
luna con gatillo.
Escuchá
la entrevista acá:
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La luna con gatillo: una crítica política de la cultura. Coordinación
Resistir y Luchar junto a Resumen Latinoamericano, Revista Venceremos y
F.M Riachuelo.
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